Felipe VI el Digno
España es un ajuste de cuentas. Una continua enmienda a la totalidad por parte de sus enemigos. Un juicio interesado a nuestro pasado con la intención de dominar el presente. La España imposible, anhelo de los totalitarios.
Cataluña tiene un rey español y se llama Felipe VI. Un monarca sin escrituras de propiedad y que hace de su papel institucional un tratado de buenas prácticas democráticas. El pasado viernes acudió a la planta de SEAT de Martorell con motivo del setenta aniversario de la empresa automovilística. A esta importantísima cita crucial para la economía catalana no acudieron ni el vicepresidente catalán en funciones de presidente, Pere Aragonés, ni sus consejeros. El boicot contra la monarquía que comenzó en el pasado Quim Torra y al que se sumó Ada Colau, es una de las nuevas señas del gamberrismo institucional de las autoridades catalanas. En plenas negociaciones para la formación de un nuevo gobierno de la Generalidad, prefirieron agradar a la CUP y despreciar a los catalanes. Ese es el nivel.
Los cortesanos de antaño que despreciaban el papel de la monarquía parlamentaria pero que se declaraban “juancarlistas” acérrimos, quieren dinamitar nuestro proyecto común de convivencia nacido en el 78, atacando de forma vil a Felipe VI. Esta nueva ofensiva antimonárquica nace de una parte del Gobierno de España, con su vicepresidente tercero a la cabeza. Centrando sus críticas en Juan Carlos I el Desnudado, persiguen dinamitar el régimen democrático del 78. El ejercicio digno de sus obligaciones constitucionales por parte de Felipe VI es uno de los pocos diques de contención democrática que nos quedan a los españoles, y los totalitarios lo saben. Comunistas y secesionistas quieren acaban con su papel. En antaño fueron Felipe I el Hermoso, Felipe II el Prudente, Felipe III el Piadoso, Felipe IV el Grande, Felipe V el Animoso, y ahora Felipe VI el Digno. Viva el rey.