El dolor de Cayetana
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Lo moral es eficaz. Eso pensaba decir la diputada Cayetana Álvarez de Toledo, en la última Junta Directiva Nacional del Partido Popular, antes de que se finalizara la misma entre prisas y silencios.</p>
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Doña Cayetana no es una política al uso. Intelectual comprometida con las causas que hacen grande a una democracia, no necesita el hemiciclo para su menú diario. Escribe con palabras bellas, verdaderas y profundas. Su clase la hace no ser dependiente del chisme, de la guerra intestina, de la navajada de pícaro, de las postrimerías del político de oficio. Todo eso le genera demasiadas envidias y enemistades en su grupo parlamentario. Ella seduce con lo valioso de su discurso: "Debemos evitar el tacticismo y la tecnocracia, y volver a hacer política.Política ambiciosa. Política de perfil alto. Política de calidad. No la política low cost del populismo. Política para hacer frente a los grandes desafíos que tiene España".</p>
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La mayoría de los votantes del Partido Popular se reconocen en esas palabras, y conectan sin medianías rápidamente con la gran Cayetana. Su discurso resuena con gran intensidad en una sociedad harta de tanto político mendicante.</p>
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Este Abril del año que vivimos, se parece cada vez más al Julio de 2011 en el que Rubalcaba sustituía a Rodríguez Zapatero al mando del PSOE. En aquellos días secos y ásperos, todo el aparato socialista entendió que su gestión de la crisis les iba a hacer perder la mayoría del poder que atesoraban a nivel nacional, regional y local. La crisis eligió el rostro de Zapatero para la Historia, y el PSOE entendió que mostrando a Rubalcaba como un gestor aseado podían salvar algún mueble. Se decidió vender la eficacia en la gestión frente al valor de su política. Todos conocemos el resultado.</p>
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El Partido Popular conoce lo que le tiene guardado el destino inmediato, un futuro prácticamente sin responsabilidades de gobierno. La Historia en su capricho, ha elegido al rostro de Rajoy como el de los recortes, y esa losa no hay asesor que la levante. Prietas las filas, los populares fiarán su futuro a la pedagogía de la recuperación económica, con el intento de salvar algunos muebles en los que unos pocos puedan todavía cobijarse.</p>
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Al grito de sálvese quien pueda, los alcaldes y presidentes de comunidades, tras observar las encuestas de su demarcación, han comenzado a cortejar a los que antes no pasaban de ser unos naranjitos a ignorar y minusvalorar. La política siempre hace amistades extrañas.</p>
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A la bella Cayetana le duele demasiado España. O sea.</p>
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