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Toros ilustrados en Ronda

<div> La Ilustraci&oacute;n en Ronda tuvo nombre de plaza de toros. La construcci&oacute;n del coso taurino ronde&ntilde;o supuso el inicio de una &eacute;poca dorada para la capital serrana que llega hasta nuestros d&iacute;as.</div> <div> &nbsp;</div> <div> Espa&ntilde;a cont&oacute; con el rey Carlos III para no perder el tren de la Historia. El monarca borb&oacute;n gobern&oacute; gran parte de la Espa&ntilde;a del siglo XVIII y supo hacer una versi&oacute;n en blanco y negro de lo que se vino en llamar el &ldquo;Siglo de las Luces&rdquo; en Europa. Su experiencia de gobierno junto a &nbsp;su excelente gabinete de ministros , le ayudaron a que Espa&ntilde;a &nbsp;abrazara las ideas ilustradas que significaban la modernizaci&oacute;n de un pa&iacute;s que no pod&iacute;a seguir anclado en su pasado.</div> <div> &nbsp;</div> <div> La transformaci&oacute;n de la sociedad ronde&ntilde;a vino de la mano de la Tauromaquia. Los actores principales de esta transformaci&oacute;n fueron tres: la Real Maestranza de Caballer&iacute;a de Ronda, la dinast&iacute;a torera de los Romero y la sociedad ronde&ntilde;a en su conjunto.</div> <div> &nbsp;</div> <div> La Real Maestranza de Caballer&iacute;a de Ronda, ten&iacute;a la experiencia acumulada de los a&ntilde;os del servicio de los nobles a la sociedad y su rey, al que hab&iacute;an estado siempre prestos a auxiliar. Su prestigio castrense estaba fuera de dudas, junto con su implicaci&oacute;n en los grandes proyectos de la ciudad, &nbsp;pero el siglo XVIII demandaba un nuevo escenario de encuentro entre los nobles y la sociedad en general. La construcci&oacute;n del coso taurino ronde&ntilde;o por parte de los maestrantes, supuso la cuadratura del c&iacute;rculo. Por un lado se pon&iacute;an del lado de Carlos III en su af&aacute;n de reformar y de modernizar la econom&iacute;a de las ciudades; y por otro, contribu&iacute;an al acercamiento a la sociedad ronde&ntilde;a. El monarca borb&oacute;n siempre trat&oacute; con distinci&oacute;n a los maestrantes ronde&ntilde;os, concediendo los mismos privilegios con los que contaban sus hom&oacute;nimos de Sevilla o Granada, y nombrando a su hijo, el Infante don Gabriel, como Hermano Mayor en 1774. Otro privilegio que Carlos III concedi&oacute; a la Real Maestranza de Ronda fue la permitir la lidia de toros en su nuevo coso, &eacute;poca en la que la prohibici&oacute;n taurina era tema de actualidad. El espectacular nuevo aforo de esta magn&iacute;fica obra civil, represent&oacute; el impulso definitivo de la tauromaquia popular y el af&aacute;n de mostrar un determinado tipo de valores a la juventud que le permitiera abrazar causas comunes.</div> <div> &nbsp;</div> <div> La lidia del toro era muy popular en Ronda, gracias a los a&ntilde;os en los que se corrieron toros en la Carrera del Pozo, la Plaza de Santa Mar&iacute;a o el Campillo, pero sobre todo por la invenci&oacute;n de la nueva lidia del toro a pie, gracias a una de las dinast&iacute;as toreras ronde&ntilde;as, los Romero. Significaron mucho en la nueva Ronda que se estaba construyendo, ya que su liderazgo en este arte era indiscutible, y el nuevo toreo a pie era muy del gusto de los ronde&ntilde;os. Los Romero, profesionalizaron el oficio del torero y en gran parte el de la ganader&iacute;a. Es indudable que con el nuevo coso taurino ronde&ntilde;o, y su gran capacidad para m&aacute;s de la mitad de la ciudad, los toros se convirtieron en un gran motor para la econom&iacute;a de la serran&iacute;a. La carne del ganado bravo lleg&oacute; a costar casi veinte veces lo que costaba el kilo para el matadero. Supuso el despegue definitivo para diferentes explotaciones ganaderas, y las dehesas se convirtieron en un nuevo motor econ&oacute;mico para la zona. La nueva plaza de toros ronde&ntilde;a supuso una apuesta definitiva por el fortalecimiento en el protagonismo de la ciudad como capital de la serran&iacute;a a todos los niveles, siendo un gran foco de atracci&oacute;n que dura hasta nuestros d&iacute;as.</div> <div> &nbsp;</div> <div> La sociedad ronde&ntilde;a del siglo XVIII desbord&oacute; los l&iacute;mites impuestos por su historia, y encar&oacute; su futuro apostando por una nueva ciudad. Para ello emprendi&oacute; el proyecto del Puente Nuevo, que junto con el coso taurino, significaban ganar de forma definitiva la Ronda moderna, lejos de la estrecheces de la Ronda antigua. En 1785 se inaugur&oacute; la Plaza de Toros, en 1787 el Puente Nuevo, y a estas magn&iacute;ficas obras civiles le siguieron la transformaci&oacute;n del Mercadillo alto, la avenida San Carlos o la Alameda del Tajo.&nbsp;</div> <div> &nbsp;</div> <div> Ronda le debe a la Ilustraci&oacute;n espa&ntilde;ola de Carlos III un coso taurino que contribuy&oacute; a la transformaci&oacute;n definitiva de la ciudad, tanto en lo urban&iacute;stico como en lo econ&oacute;mico. En una &eacute;poca en la que los toros eran ya cuestionados e incluso prohibidos, la audacia de los maestrantes, junto con el liderazgo cultural de la dinast&iacute;a torera de los Romero y el empe&ntilde;o de una sociedad serrana en su conjunto, obraron el milagro de abrazar el progreso que supuso las ideas ilustradas y sus nuevas formas de gobierno en Espa&ntilde;a. Podr&iacute;amos decir, sin equivocarnos, que los toros introdujeron la Ilustraci&oacute;n en Ronda.</div> <div> &nbsp;</div>