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Juntos por el yo

<p> Yo, mi, me, conmigo. Espa&ntilde;a es un pa&iacute;s con demasiados primeras personas del singular en la pol&iacute;tica. No cabe ni un ego m&aacute;s. El mensaje final que nos trasladan es sencillo: sin mi no hay pol&iacute;tica posible.</p> <p> La actualidad nos sirve a diario una buena raci&oacute;n de personalismos deconstruidos que empalagan a todo tipo de paladares. A diestra y siniestra, se sirven men&uacute;s de degustaci&oacute;n donde el ingrediente principal es el &ldquo;yo&rdquo;.</p> <p> Pablo Iglesias es el enanito gru&ntilde;&oacute;n con coleta de la pol&iacute;tica. Conocedor de su techo electoral, y despejadas las dudas que exist&iacute;an a prop&oacute;sito de la revoluci&oacute;n pol&iacute;tica encarnada por Syriza y la apariencia de democracia de su querida &nbsp;Venezuela, no le cabe otro camino que el de pactar. Eso s&iacute;, para que &eacute;l se convierta en el nuevo presidente de un futuro gobierno nacional de unidad popular. Bien sabe que el l&iacute;der socialista, Pedro S&aacute;nchez, le ha permitido gobernar con formaciones afines&nbsp; a la suya en diferentes regiones y ayuntamientos, s&oacute;lo para contrarrestar el poder de Susana D&iacute;az. En las pr&oacute;ximas elecciones generales la actual ejecutiva socialista no le dar&aacute; ni agua, porque los conocen y porque en ellas se decide su poder real. Su intenci&oacute;n es atraer a pol&iacute;ticos de segunda fila a nivel territorial para que sumen votos a su desesperada estrategia de ganar esca&ntilde;os donde le es pr&aacute;cticamente imposible. Carmena y Colau, no le dar&aacute;n el cheque en blanco que el enanito t&iacute;mido de Alberto Garz&oacute;n ya le ha firmado. Ellas tienen un &ldquo;yo, mi, me, conmigo&rdquo; m&aacute;s acusado que el propio gru&ntilde;&oacute;n y son de su misma pasta. As&iacute; que tonter&iacute;as, las m&iacute;nimas. Est&aacute;n instaladas ya en la moqueta, y Pablo Iglesias sigue en el lejano puente a&eacute;reo Bruselas-Madrid. O sea.</p> <p> Angela Merkel ya no es la bruja del cuento que nos hab&iacute;a relatado el profesor de sociolog&iacute;a en excedencia, y los refugiados se hacen &ldquo;selfies&rdquo; con ella. Ha pasado de ser la madrastra cruel, a la sol&iacute;cita madre de los desfavorecidos en una semana.</p> <p> Sin referentes, ni en el bando amigo con la huida de Tsipras, ni en el enemigo, con una Europa rendida a los pies de la canciller alemana, s&oacute;lo le queda un l&aacute;tigo para Mas.</p> <p> Pablo Iglesias se quedar&aacute; con su t&uacute;, ti, te, contigo.</p> <p> &nbsp;</p> <p> Columna publicada en s&aacute;bado d&iacute;a 12 de Septiembre de 2015</p> <p style="text-align: center;"> <input alt="" src="/images/nuevo-logo-SUR.jpg" style="width: 350px; height: 120px;" type="image" /></p>