La no pregunta del no pacto
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La nueva política española construye más preguntas que respuestas. Los que reniegan del valor de la democracia representativa y fían todo a la nueva democracia directa, han encontrado remedio a sus males inventando la no pregunta. Este nueva estrategia consultiva elabora no preguntas para obtener no respuestas. Pedro Sánchez ha creado una nueva modalidad del “veni,vidi,vici” de Julio César transformándolo en: primero llegué, después firmé y finalmente pregunté. La familia socialista está llamada en estos días a votar para sólo respaldar, afirmar para no negar, con la intención final de apuntalar. El órdago que se sacó de la manga en el último comité federal del PSOE su secretario general, como amenaza velada al poder territorial de sus varones, se ha quedado en un farol. Sin duda, no hay respuesta a la no pregunta: ¿respaldas estos acuerdos para conformar un gobierno progresista y reformista? Las bases socialistas siempre que fueran consultadas, sorprendieron en sus resoluciones, y no me extraña que la ejecutiva socialista esté temblando hasta ver el resultado final. Recuerdan las caras de la noches en las que venció Borrell a Almunia, Zapatero a Bono o el mismo Pedro Sánchez a Madina. Ese es el peligro de no preguntar de verdad, te pueden contestar con otra pregunta.</p>
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En el actual escenario parlamentario existen sólo dos posibilidades reales para la conformación de un gobierno con intención de ser estable. Por un lado, un bloque de izquierda, con dos coprotagonistas, Sánchez e Iglesias, apoyado por partidos afines, y por el otro, la gran coalición, con las tres formaciones constitucionalistas que son mayoritarias. A la primera opción los varones socialistas le mostraron su poca disposición a servir de plataforma a Iglesias para monopolizar el poder, de ahí que le cortaran las alas a Sánchez para volar en esa aventura tan incierta. La segunda opción es la que prefiere el Partido Popular, en la que los socialistas sólo tendrían un papel secundario y los diputados de Ciudadanos, prácticamente testimonial. Argumentan sus defensores que así se haría una mayor justicia con los resultados de los últimos comicios y respetaría la voluntad mayoritaria de los españoles de seguir construyendo un proyecto común de país sin brindis al sol y aventuras secesionistas.</p>
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La realidad nos dice que el líder socialista no quiere vestir el traje de segundón y que Rivera antes muerto que sencillo. Ambos han emprendido el camino del no pacto que firmaron esta semana. El primero, para escapar de las rigideces de los suyos y seguir siendo candidato, y el segundo para no asumir su papel de comparsa. Con él no sólo no convencen a los propios, sino que facilitan las estrategias de las dos formaciones que competirán por la mayoría en las próximas elecciones. Para los no pactos, hay no respuestas.</p>
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