Skip to main content

Banquillos

<p> &nbsp;</p> <p align="center"> &nbsp;</p> <p style="text-align: justify; "> La tertulia es el regalo espa&ntilde;ol a la historia de los caf&eacute;s de la Europa del siglo XX. En Francia los pintores escog&iacute;an a sus modelos entre el humo del caf&eacute; y el coloc&oacute;n de sus pinceles. En Austria se tomaba chocolate antes de escuchar la &oacute;pera y en Italia se ligaba tras tomarse un &ldquo;expresso&rdquo;. Mientras en el caf&eacute; Gij&oacute;n, &nbsp;se&nbsp;&nbsp; acog&iacute;a al escritor hambriento con mala leche por estrenar y tertulia en la que criticar. En la tertulia fundamentalmente se criticaba y punto, no lo olvidemos</p> <p style="text-align: justify; "> Los norteamericanos llegaron tarde a este tema pero lo reinventaron. Hartos de vender s&oacute;lo caf&eacute; para las casas y los trabajos, se les ocurri&oacute; crear lo que ellos denominaron &ldquo;el tercer espacio&rdquo;. En ese lugar &nbsp;se pod&iacute;a tomar caf&eacute; sin tener que estar trabajando, ni estar con el pijama de casa, mientras se&nbsp; hablaba con la amiga confidente.</p> <p style="text-align: justify; "> Las cafeter&iacute;as americanas se han impuesto en el resto del mundo y est&aacute;n exportando su&nbsp; &ldquo;tercer espacio&rdquo; buenista al resto de pa&iacute;ses occidentales, sin bilis, sin tertulia, ni mala leche.</p> <p style="text-align: justify; "> Espa&ntilde;a se carg&oacute; sus tertulias cuando se hicieron profesionales los tertulianos. La cr&iacute;tica comenz&oacute; a estar enlatada. Todo comenz&oacute; a ser demasiado previsible y poco excitante.</p> <p style="text-align: justify; "> A Dios gracias, la rajada y la tertulia ha encontrado su nuevo lugar en Espa&ntilde;a en nuestros queridos banquillos.</p> <p style="text-align: justify; "> Los juzgados de primera instancia toman el pulso a la realidad escuchando la mala baba del que sentado frente a sus se&ntilde;or&iacute;as y dem&aacute;s &ldquo;entogados&rdquo; entretienen al personal. S&oacute;lo se puede beber agua embotellada, pero no se f&iacute;a. Algunos de nuestros prohombres de tanto traj&iacute;n en las audiencias se han convertido en los mejores tertulianos de una pa&iacute;s hipotecado por tanto pleito y medan&iacute;a.</p> <p style="text-align: justify; "> No le van a la zaga los que sostienen a tanto entrenador sin pizarra y tinto en el cuerpo. Los banquillos en el f&uacute;tbol se han convertido tambi&eacute;n en ese &ldquo;tercer espacio&rdquo; que los espa&ntilde;oles hab&iacute;an perdido. Del Bosque se rodea de sus amigos en el suyo y otros descubren que&nbsp; no tienen proyecto cuando no pueden llenar ya su bolsillo. Y en eso que los jugadores, como no pueden comer pipas, se hablan al o&iacute;do cag&aacute;ndose en los muertos del &uacute;ltimo que le ha levantado la novia y lo dem&aacute;s.</p> <p style="text-align: justify; "> Espa&ntilde;a es un pa&iacute;s de banquillos, de jueces y entrenadores, pero sobre todo de jugadores&nbsp; aburridos y delincuentes con muchas horas de juzgado.</p> <p> &nbsp;</p>