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El hombro de Montero Glez

<p> &nbsp;</p> <p style="text-align: justify; "> Espa&ntilde;a es un pa&iacute;s con dolor de huesos. Muchas de las estructuras que sustentan el esqueleto del estado est&aacute;n artr&oacute;sicas y hartas de tanto ibuprofeno de garraf&oacute;n. No hay remedio para tanto mal, ni dinero para tanto remedio. S&oacute;lo los escritores y los toreros nos podr&aacute;n rescatar, por mucho que le pesen a los banqueros y los mercados. Desde la palabra&nbsp; y el valor podremos encontrar la salida a tanto desvar&iacute;o y gente sin alma. El f&uacute;tbol es un narc&oacute;tico demasiado d&eacute;bil para tanto personal jodido que &nbsp;cierra por vacaciones.</p> <p style="text-align: justify; "> Cuando la patria obliga, y Jes&uacute;s Nieto reinventa la columna con negritas desde el Caf&eacute; Gij&oacute;n, nos encontramos con un jodido Montero Glez y un Jos&eacute; Tom&aacute;s sin muleta en la sala de rehabilitaci&oacute;n. No puede caber mayor desgracia que tener a dos de nuestros prohombres mermados en sus facultades, mientras B&aacute;rcenas est&aacute; a la sombra en Soto del Real.</p> <p style="text-align: justify; "> El sistema se descompone y los espa&ntilde;oles seguimos tirando tandas de penaltis, sin atender ni al hombro del Camar&oacute;n de la novela ni al pie del diestro de Galapagar. Si un Garc&iacute;a Tola de nuestro tiempo me invitara a su programa &ldquo;Si yo fuera presidente&rdquo;, clamar&iacute;a a los cuatro vientos que no debe haber mayor emergencia en nuestro suelo patrio que la de curar el tend&oacute;n del Montero y el metatarsiano del Tom&aacute;s.</p> <p style="text-align: justify; "> Sin la literatura de martinete de Montero Glez, que escupe verdades como pu&ntilde;os con el martillo y el yunque de sus palabras desnudas y libres, Espa&ntilde;a se&nbsp; pudre con los libros de la Mil&aacute; o de Jorge Javier V&aacute;zquez. Las novelas de este escritor maldito, que no&nbsp; gasta ahora la tinta de su pluma, son m&aacute;s importantes que la prima de riesgo o la campa&ntilde;a de la renta. Si la Real Academia Espa&ntilde;ola sirviera para algo, pagar&iacute;a al masajista de Ronaldo para que le tocara los hombros al Montero, sin demora alguna.</p> <p style="text-align: justify; "> M&aacute;laga respiraba aliviada por el regreso de Jos&eacute; Tom&aacute;s a su albero seco por el terral y en eso que se le cruza un toro y le jode su pie derecho. Las piernas en Tom&aacute;s son las columnas de la elegancia en el toreo. Sin piernas, no hay toreo.</p> <p style="text-align: justify; "> Sue&ntilde;o con el d&iacute;a en el que saque Montero Glez a hombros a Jos&eacute; Tom&aacute;s. O sea.</p> <p> &nbsp;</p> <p> &nbsp;</p> <p> &nbsp;</p>