Heterodoxia parlamentaria
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Del parlamento en el ángulo oscuro, de su orador tal vez olvidada, silenciosa y cubierta de polvo, veíase la tribuna parlamentaria . ¡Cuánta palabra dormía en sus maderas, como el pájaro duerme en las ramas, esperando la voz de trueno que sabe pronunciarlas!</p>
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¡Ay!, pensé; ¡cuántas veces el verdadero político así duerme en el fondo de la cámara, y una voz como Lázaro espera, que le diga levántate y habla!</p>
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La política parlamentaria en España es una anotación en el “time line” de nuestra sociedad de ciento cuarenta caracteres. Esta semana, con el proceso de constitución de las cámaras de esta nueva legislatura, hemos comprobado que la política es un nuevo tratado de heterodoxia parlamentaria.</p>
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Nadie puede exigirles el dolor por una España que Larra vomitó en sus columnas, y Unamuno sufrió. Pero si debiéramos aspirar al decoro mínimo que un pueblo de siglos de historia compartida merece.</p>
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Los nuevos parlamentarios han encontrado la métrica perfecta para su puesta en escena. La comunicación y la crítica política en España abandonó hace tiempo el rigor de los análisis y encontró su espacio entre la publicidad de una tertulia televisiva. Basta con proponer anzuelos con formato televisivo de mensaje breve y plano, para que el personal no atienda a proposiciones mayores. Vaciando de contenido el debate parlamentario, la política se traslada fuera de las cámaras legislativas, y ahí siempre gana el que sabe manejar el “agitpro”, la agitación y la propaganda, en la calle.</p>
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No pueden hacernos creer que es nueva política para un nuevo tiempo la banda de música, la bicicleta en el aparcamiento, el carrito del niño o la promesa que no compromete. Eso no es ni vieja ni nueva política: es mala política.</p>
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Muchos españoles cada vez tienen más la sensación de que lo que tejen con esfuerzo por el día, los políticos lo destejen por la noche. Existe un gran problema territorial en nuestro país, hay muchas dudas con la financiación de una formación políticas emergente por parte de diferentes dictaduras, nuestra economía está en observación, el paro sigue siendo una lacra, han aparecido nuevas amenazas a la estabilidad internacional, y aquí andamos ocupados en encontrar un retiro dorado a dirigentes políticos en las mesas de las cámaras.</p>
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Unos ejercen de poli bueno, otros de poli malo, y el resto siguen a cero grados, ni frío ni calor. No hay mayor indolencia que la que considera que el tiempo será el que resuelva los problemas y los desafíos.</p>
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No me cabe ninguna duda que la conciliación de los intereses personales de los políticos será la que conforme una nueva mayoría parlamentaria que seguirá olvidándose del interés común.</p>
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Como a Larra y a Unamuno, ahora escribo: me duele España.</p>