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Francisco Velázquez Umbral

<p style="text-align: justify;"> Espa&ntilde;a no paga a escritores. No necesita a ning&uacute;n Viriato al que haya que asesinar mientras duerme, ni traidores como &Aacute;<span style="font-family: verdana; font-size: small; text-align: justify;">udax, Ditalco y Minurus, &nbsp;para sofocar la resistencia que &nbsp;la literatura construye frente al destino siempre triunfante de lo vulgar. El olvido son las monedas ensangrentadas de la traici&oacute;n al que empe&ntilde;a su vida a las letras. Hoy hace 10 a&ntilde;os que Francisco Umbral nos dej&oacute; mientras acababa su &uacute;ltima columna. Su influencia en la literatura escrita en espa&ntilde;ol en el siglo XX es tan importante que es casi imposible encontrar un libro suyo en una librer&iacute;a. Repletas las estanter&iacute;as de las obras de las &quot;terelus y princesas del pueblo&quot; aupadas por la tele, no puede haber sitio para la literatura. Con los libros de Umbral pasar&aacute; como con las banderitas de Espa&ntilde;a, deber&aacute; venir un chino a vend&eacute;rnoslos.</span></p> <p style="text-align: justify;"> &nbsp;</p> <p style="text-align: justify;"> Lo de menos es que al Premio Cervantes o al Pr&iacute;ncipe de Asturias le dieran un Umbral, y despu&eacute;s se colaran entre gaitas y chaqu&eacute;s escritores de todo tipo de pelaje y g&eacute;nero, lo relevante es que a Umbral se le quiso ningunear de forma constante durante toda su vida y ahora tambi&eacute;n despu&eacute;s de muerto. Eso en Espa&ntilde;a, pa&iacute;s con estatua a la envidia y tan dado a aplaudir y silbar sin criterio alguno, &nbsp;es la prueba irrefutable de que su legado tiene las arrobas que pesa su literatura.</p> <p style="text-align: justify;"> Francisco Umbral no par&oacute; ni un dia de autoretratarse. En sus p&aacute;ginas el color &nbsp;lo pon&iacute;an sus negritas y su composici&oacute;n giraba en torno a la met&aacute;fora. En sus retratos, en el de la Espa&ntilde;a que se colaba en sus columnas o en sus libros, no hab&iacute;a otra cosa que literatura, gran literatura. Algunos ignorantes le acusaban de no ser fiel a la realidad que pretend&iacute;a describir, que se aliaba con la mentira. Eso escuch&oacute; muchas veces tambi&eacute;n Vel&aacute;zquez cuando con sus pinceles escrib&iacute;a su historia de Espa&ntilde;a. Umbral y Vel&aacute;zquez en el retrato se emborrachan de arte y parte, y encuentraron en lo feo motivos para la esperanza. Su literatura es tan elevada que redime a lo feo, a lo vulgar y lo eleva a categor&iacute;a de obra maestra. Sus met&aacute;foras son las meninas de la literaruta espa&ntilde;ola.</p> <p style="text-align: justify;"> Ni Umbral pinta nada en esta pa&iacute;s de abogados del estado, ni a Vel&aacute;zquez le escriben ni un burofax, pero Espa&ntilde;a es imposible sin ellos.</p>