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El legado de Obama

<p style="text-align: justify;"> Trump es el legado de Obama. Sus ochos a&ntilde;os vac&iacute;os de d&iacute;as y horas, de discursos correctos y leyes fallidas, de americanos sin sue&ntilde;o, y de sue&ntilde;os sin americanos, llegaron a su culmen la noche de la victoria del l&iacute;der republicano en las recientes elecciones presidenciales de EEUU. El discurso del buenismo pol&iacute;tico agotaba sus &uacute;ltimas l&iacute;neas, cuando en Espa&ntilde;a nos despert&aacute;bamos con demasiados polit&oacute;logos buscando respuestas de urgencia. La radio parec&iacute;a el hilo musical de una funeraria que no sab&iacute;a como darle sepultura a un difunto que no estaba tan muerto como hab&iacute;an pronosticado. Las empresas demosc&oacute;picas comenzaron a dar vacaciones a los suyos y se desvanec&iacute;a nuevamente el mito del cuarto poder de la prensa.</p> <p style="text-align: justify;"> No conoc&iacute;amos una ocasi&oacute;n como esta, en la que un candidato a la presidencia del gobierno estadounidense, tuviera m&aacute;s medios de comunicaci&oacute;n en su contra, tanto en su pa&iacute;s como fuera de &eacute;l. Todos apostaban a que Hillary Clinton le bastaba no cometer errores de bulto para que los electores depositaran su confianza de forma masiva y alzarse con la victoria electoral. Ser&iacute;a la primera mujer presidente en un pa&iacute;s que despedir&iacute;a a su primer presidente negro en loor de multitudes. Nadie estaba entendiendo lo que estaba ocurriendo en la sociedad norteamericana. Fue m&aacute;s f&aacute;cil dar la respuesta m&aacute;s previsible, la interpretaci&oacute;n preferida, antes de acercarse a la verdad e intentar describirla.</p> <p style="text-align: justify;"> Llama la atenci&oacute;n que la hipertrofia de medios de comunicaci&oacute;n que tenemos en Occidente, m&aacute;s que acrecentar su poder de influencia sobre la sociedad, en esta ocasi&oacute;n han sido irrelevantes. Un mal de este tiempo, que se extiende por todos los pa&iacute;ses, es que la Prensa en may&uacute;scula cada vez se aleja m&aacute;s de la realidad y de sus claves, y ha tendido a ser una militante como otra cualquiera en la defensa de unas ideas concretas. Se escribe, por desgracia, s&oacute;lo para los convencidos de las causas propias. El triunfo de Trump puede representar el final de este tipo de periodismo al dictado de pensamiento &uacute;nico occidental.</p> <p style="text-align: justify;"> Ni Guant&aacute;namo, ni Cuba, ni Ir&aacute;n, ni sus leyes fallidas de control de armas, ni su lucha para paliar los efectos del cambio clim&aacute;tico, ni sus fallidas reformas sanitaria, penitenciaria o migratoria, formar&aacute;n parte del legado del presidente que pudo ser pero no fue. Para desgracia suya, su legado s&oacute;lo dar&aacute; para un documental de Michael Moore. Su penitencia ser&aacute; preparar en estos pr&oacute;ximos a&ntilde;os a su mujer para que sea la pr&oacute;xima candidata dem&oacute;crata para que intente&nbsp; ganarle al Trump que &eacute;l no pudo vencer.</p>