Pimpinela Podemos
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Podemos fue un éxito del pasado. Ha perdido la frescura de la primera persona del plural del presente de indicativo. Podrían denominarse en la actualidad Izquierda Unida, PSOE, PP, Ciudadanos, y muy pocos los distinguirían. Sus promesas de regeneración se esfumaron con la factura del edil malagueño que prefirió los garbanzos, compresas, botellas de Rioja y otros bebidas alcohólicas, refrescos, arroz, champú, bastoncillos, suavizante para la lavadora, chocolate, hamburguesas y toda la larga lista del supermercado a cuenta de los ciudadanos, a las propuestas de cambio. Todo en la formación morada es demasiado previsible dentro de la lógica de su propia supervivencia. Han pasado de su grito de guerra del “sí se puede”, al susurro aburguesado de “por el sillón se muerde”.</p>
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Pablo Iglesias e Iñigo Errejón soñaron un día con ser las “Thelma y Louise” de la política española y se quedaron en el dúo “Pimpinela”. Ya saben, los hermanos del ¿quién es?, soy yo.</p>
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Vistalegre II certificará el próximo febrero el regreso de Errejón a la universidad. La lucha fratricida por el poder en la formación de izquierdas está animando estos días plúmbeos de compras de la vicepresidenta en Primark. La señora Soraya Sáenz de Santamaría con su política de apaciguamiento en Cataluña se mereció la epístola de José María Aznar en la que le recordaba que para desgracia y miopía suya estaba asumiendo el relato que hacían de su partido sus adversarios para pena de los suyos, y al final de todos. Unos días antes se había animado también Pablo Iglesias, atreviéndose a compartir con todos una especia de carta, de prosa chusquera y limitada, que dirigía al que un día fue su amigo, el mismísimo Errejón. Se hacía un Aznar, y llamaba traidor, de forma maquiavélica, a su portavoz en el congreso, con las siguientes palabras: "ser el preferido de ciertos poderes no genera credibilidad entre nuestra gente”.</p>
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En el coso madrileño, en el segundo mes del año que nos espera, Pablo Iglesias junto s sus fieles, reducirá todos los debates sobre la estrategia política de su formación, código ético, modelo organizativo, equilibrios y contrapesos del ejercicio de poder, política de pactos a nivel nacional e internacional, a la pregunta: ¿conmigo o conmigo?</p>
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A Errejón y a los suyos sólo le queda una salida digna: no convertirse en el hermano sufridor del dúo Pimpinela Podemos.</p>
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