Escrito en 07 Abril 2013.

Más Estado y menos mercado

El hombre precedió al Estado, aunque algunos no lo crean. Nuestros países democráticos europeos cedieron conscientemente gran parte del protagonismo de los individuos en favor de la conformación del Estado del Bienestar. La gran crisis económica vivida en Occidente tras su victoria frente al totalitarismo nazi, dio a luz a esta nueva forma de organización de los servicios públicos de los países democráticos. Los totalitarismos pretendieron mandar el mensaje de que ellos eran la solución mejor a la crisis, aunque por fortuna los europeos no optamos por esa vía de forma mayoritaria. El Estado del Bienestar es una combinación especial de la democracia, el bienestar social y el capitalismo. Para cualquier europeo ya casi es indisoluble la percepción de que la defensa del Estado, es la defensa de los valores del estado del Bienestar. Este pasado jueves la Fundación BBVA presentó las conclusiones del Estudio Values and Worldviews, en el se había examinado un amplio conjunto de percepciones, actitudes y valores centrales de los ciudadanos de diez países europeos. En el actual contexto de crisis económica, los europeos buscan una mayor intervención de los Estados en las economías y reclaman que se mantenga el Estado del Bienestar aunque suponga pagar impuestos altos, como resaltan las conclusiones de este estudio. Aunque todos los europeos atribuyen un papel central al Estado en el control de la economía, las opiniones se dividen respecto a quién tiene la responsabilidad principal de asegurar un nivel de vida "digno" a los ciudadanos: España, junto a Italia, son los países en donde una muy amplia mayoría cree que el Estado debe tener esa responsabilidad. Por el contrario, en Reino Unido y Países Bajos la mayoría cree que cada persona tiene la responsabilidad principal en asegurar su nivel de vida. Ninguno de nosotros podemos sentirnos extrañados por las conclusiones de este estudio. La mayoría de los españoles en la actualidad no conocen otro modelo que el del Estado del Bienestar. Todos hemos sido educados en él, curados en su sistema nacional de salud y reconfortados con sus subsidios y prestaciones sociales. El Estado del Bienestar en España supone el Finisterre. Nos dicen que tras él, sólo hay la nada. Estamos acostumbrados a ver con  indiferencia como otras sociedades hacen esfuerzos continuos por mejorar desde la iniciativa personal, pero nosotros queremos seguir confiando en el “Papá Estado”.