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El oficio de escribir

<p> &nbsp;</p> <p style="text-align: justify; "> La infancia es la patria del escritor. Recorrer nuestra geograf&iacute;a interior nos hace que reconozcamos lugares comunes de &eacute;xitos y fracasos, que cabalgan a lomos de&nbsp; nuestros recuerdos. Sin ni&ntilde;ez, no hay vida literaria.</p> <p style="text-align: justify; "> Mi infancia huele a vestuario de f&uacute;tbol y&nbsp; mesa antigua. El f&uacute;tbol me mostr&oacute; la belleza de la libertad. Jugar con el bal&oacute;n siempre me descubri&oacute; oc&eacute;anos que nunca imagin&eacute;. Compartir esfuerzos, depender del equipo, respetar al entrenador, siempre me ayudaron a lo largo de mi vida.</p> <p style="text-align: justify; "> Sobre la mesa antigua de mi habitaci&oacute;n me hice primero lector, y despu&eacute;s escritor. Mi primer libro fue&nbsp; &ldquo;Robinson Crusoe&rdquo;, mi primer profesor de Lengua y Literatura don Rafael, y mis primeras letras me transportaron al sitio de mi recreo.</p> <p style="text-align: justify; "> Crecer en sintaxis y ortograf&iacute;a me hizo so&ntilde;ar con libros de m&aacute;s arrobas y menos p&aacute;ginas. Nunca me gustaron los ladrillos, y disfrutaba con relatos y cuentos de hadas que me hac&iacute;an viajar m&aacute;s all&aacute; de los olivos que cercaban mi pueblo.</p> <p style="text-align: justify; "> En estos momentos ando revuelto con mi oficio de ser escritor. La aventura m&aacute;s dif&iacute;cil a la que me he enfrentado. La medicina es mi leg&iacute;tima y la literatura mi amante, como dec&iacute;a mi admirado Chejov. Ahora escribo para saber que no estoy solo. Compruebo que debo regresar al sitio del que part&iacute; para reconocerme.</p> <p style="text-align: justify; "> A mi infancia literaria es a la que quiero llegar. Necesito el sujeto, verbo y predicado. Los puntos y seguidos, las comas, los puntos y comas, y todos los signos que se me ocurran, deben delimitar los deseos expansivos de mis palabras. No hay literatura sin contenci&oacute;n, no hay arte sin sencillez.</p> <p style="text-align: justify; "> Los grandes escritores bucean y esquilman los fondos marinos de su infancia. Yo he comenzado a sumergirme y veo a lo lejos, mi fondo literario sin sabor a sal. Me huele a distancia, a aceite y profundidades. &iquest;Cu&aacute;ntos metros debo seguir buceando para reconocerme?</p> <p style="text-align: justify; "> &ldquo;Escribir es la manera m&aacute;s profunda de leer la propia vida. No hay otra lectura del yo, que la escritura del yo&rdquo;, sentenci&oacute; mi a&ntilde;orado Umbral.</p> <p style="text-align: justify; "> Quiero encontrarme con mis botas negras de f&uacute;tbol, mis besos rechazados y mis sue&ntilde;os alcanzados. De regreso a mi patria, quiero vivir eternamente en el sitio de mi recreo.</p>